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Vivir la experiencia a bordo de un barco con catering y degustación de vinos del Empordà es una forma única de disfrutar de la naturaleza y de la gastronomía local en medio del Cabo de Creus.
Las aguas de la Costa Brava ofrecen un escenario espectacular para esta aventura y la combinación de paisajes idílicos con exquisitos platos hace que cada momento sea memorable. Además, pueden realizarse actividades complementarias que enriquecen aún más la experiencia a bordo.
Disfrutar de la enogastronomía a bordo de un barco es una de las experiencias más memorables para disfrutar.
Los platos servidos reflejan la riqueza culinaria de la región, permitiendo a los pasajeros degustar lo mejor de la costa catalana en un ambiente idílico.
Esta selección se basa en el combinado de ingredientes frescos y locales, garantizando una experiencia auténtica y sabrosa. Cada plato se prepara con esmero y dedicación, fomentando una conexión entre la gastronomía y el territorio.
El viaje se vuelve perfecto cuando degustamos el Vino del Mar de Cala Jòncols, envejecido en el mar durante unos meses para buscar la mejor expresión del Mar Mediterráneo.
El maridaje de los platos con vinos de la región es esencial para complementar la experiencia enogastronómica. Los vinos de la denominación de origen Empordà ofrecen una gama de sabores y aromas que se adaptan perfectamente a los platos servidos. Esta combinación potencia los sabores y ofrece una vivencia sensorial única.
Además de los principales platos, se pueden degustar una selección de productos locales que enriquecerán el menú. Los aceites de oliva de producción local, los quesos artesanales y los embutidos tradicionales son parte integrante de la oferta gastronómica.
La diversidad de sabores que ofrecen estos productos refleja la rica tradición gastronómica de Cataluña.
Las actividades complementarias a bordo de un barco proporcionan una experiencia enriquecedora y dinámica. Los participantes pueden inmersarse en la cultura local, disfrutar de la naturaleza y compartir momentos inolvidables creando vínculos sociales importantes.
Explorar estas calas a bordo de un barco ofrece una perspectiva única e inigualable, con la posibilidad de realizar paradas para nadar y relajarse.
Acompañados en todo momento del magnífico Cabo de Creus y observando las solemnes Islas Medas, los ojos se llenan de magia entre el mar y la montaña.
A medida que se navega, es fácil admirar a la fauna autóctona y descubrir la historia de esta región a través de sus pueblos pintorescos.